Eso, que nos dimos un paseito por la Luna que nos dejó a algunos sin respiración, ya que en el planeta vecino apenas hay oxígeno. El camino hacia el Mulhacén y Veleta, cuando te acercas a los 3000 m., más parece un paisaje lunar que otra cosa, se tiene la sensación de estar en el fin del mundo, donde no suben ni las cabras porque no hay ni plantas pa comer, aquello en invierno tiene que ser la repera, sobre todo si no llevas preparos pa moverte por esas alturas.
La ruta comenzó a 10 kms de Capileira, camino del Mulhacén, hasta donde llegamos tras dejarnos los amortiguadores de los coches en los boquetones del camino, y después de gastarnos unos cuartos en la primera venta que nos encontramos antes de llegar al pueblo, donde probamos el jamón típico de la alpujarra en un bocata que sabía más a pan que a jamón, y eso que nos cobró 4 euracos por cada desayuno el bubionero, el tio hizo la caja del día con nosotros, pero bueno, el caso era llenar el buche antes de la que nos esperaba.
Como digo, salimos desde la valla camino de la sierra, con buen sol, algo de fresco y muchas ganas de cuestas, que era lo que nos esperaba, muuuuunchas cuestas, muuuuuuunchas piedras y muuuuuuncho frio, lo típico de la zona. La verdad es que el paisaje impresiona, y se notaba la altura a la que nos hemos movido, sobre todo si lo haces en bici, 23 kms de subida que pusieron a prueba nuestra resistencia.
La ruta comenzó a 10 kms de Capileira, camino del Mulhacén, hasta donde llegamos tras dejarnos los amortiguadores de los coches en los boquetones del camino, y después de gastarnos unos cuartos en la primera venta que nos encontramos antes de llegar al pueblo, donde probamos el jamón típico de la alpujarra en un bocata que sabía más a pan que a jamón, y eso que nos cobró 4 euracos por cada desayuno el bubionero, el tio hizo la caja del día con nosotros, pero bueno, el caso era llenar el buche antes de la que nos esperaba.
Como digo, salimos desde la valla camino de la sierra, con buen sol, algo de fresco y muchas ganas de cuestas, que era lo que nos esperaba, muuuuunchas cuestas, muuuuuuunchas piedras y muuuuuuncho frio, lo típico de la zona. La verdad es que el paisaje impresiona, y se notaba la altura a la que nos hemos movido, sobre todo si lo haces en bici, 23 kms de subida que pusieron a prueba nuestra resistencia.
Llegamos hasta los 3206 m. de altura, al refugio de la Carihuela, donde precisamente no servían pescaito, pero si que era un buen lugar donde comernos los bocatas, para entrar en calor antes de la que nos esperaba en la bajada. La subida se hizo bastante dura, por el frío, la falta de oxígeno, que hacía más pesada la ruta, y por la cantidad de piedras que hay que sortear para mantenerse en el camino, donde no puedes despistarte ni un momento, porque te precipitas por un barranco en cualquier descuido, sobre todo bajando, casi al filo de lo imposible vaya. Bueno, tras la comida reconfortante, nos pusimos los polares y las bufandas, hicimos la foto de rigor y pabajo, to tirao, con siete ojos, y contando las piedras que saltaban por los aires mientras volábamos en el descenso.
A mi casi se me hizo más larga la bajada que la subida, pero mereció la pena el sacrificio, y tuvimos suerte con el tiempo, quedarán pocos días buenos para afrontar esa aventura, el guarda nos comentó que el año pasado, desde noviembre, estuvieron 5 meses sin poder acceder a la sierra después de la primera gran nevada. Alli cambia el tiempo en un minuto, y de poder aguantar la ruta con un buen día despejado, pasas a una niebla cerrada y un frio que cala hasta los huesos. Algunos se atrevieron a subir con pantalón corto, mangas cortas y guantes de verano, aunque a la vuelta se acordaron de lo que sufrieron la Edurne Pasabán y el Oyarzabal por las cumbres Himalayas, y no quiero pensar lo que supone perderse por esos lares en pleno invierno. Menos mal que llevamos ropa de abrigo en la mochila para la vuelta, aunque en la ida, también hubo tramos donde no podíamos casi ni respirar y con la nariz congelada.
En fin, que tuvimos suerte con el tiempo y con la ruta, y quedaron ganas de repetir otra parecida, por lo que habrá que mantenerse en forma para la próxima.
A mi casi se me hizo más larga la bajada que la subida, pero mereció la pena el sacrificio, y tuvimos suerte con el tiempo, quedarán pocos días buenos para afrontar esa aventura, el guarda nos comentó que el año pasado, desde noviembre, estuvieron 5 meses sin poder acceder a la sierra después de la primera gran nevada. Alli cambia el tiempo en un minuto, y de poder aguantar la ruta con un buen día despejado, pasas a una niebla cerrada y un frio que cala hasta los huesos. Algunos se atrevieron a subir con pantalón corto, mangas cortas y guantes de verano, aunque a la vuelta se acordaron de lo que sufrieron la Edurne Pasabán y el Oyarzabal por las cumbres Himalayas, y no quiero pensar lo que supone perderse por esos lares en pleno invierno. Menos mal que llevamos ropa de abrigo en la mochila para la vuelta, aunque en la ida, también hubo tramos donde no podíamos casi ni respirar y con la nariz congelada.
En fin, que tuvimos suerte con el tiempo y con la ruta, y quedaron ganas de repetir otra parecida, por lo que habrá que mantenerse en forma para la próxima.
Y a los que no estuvieron, animarlos para disfrutar de un buen año de rutitas, seguiremos poniendo rutas en el calendario, eso si, el club se está reconvirtiendo también con salidas Flaqueras, y haremos muchas salidas por carreteras de poco tráfico, y que en mi caso, desde que tengo la flaca, me ha hecho conocer pueblos a los que nunca se me ocurrió ir en coche, que están a un par de horas de ruta y que merecen la pena visitar, .
Nada, que ya no se que poner pa animar ésto, y espero que nus veamos munchos por los carriles.........., y por las carreteras.
SaLú
Nada, que ya no se que poner pa animar ésto, y espero que nus veamos munchos por los carriles.........., y por las carreteras.
SaLú
3 comentarios:
La ruta merece la pena, es cierto que es dura, por el desnivel, la altura, el frio, las piedras, la niebla que iba y venia, el cateto de Bubión que te clava....pero merece mucho la pena pedalear por las más altas montañas que tenemos en la península, el paisaje es bestial y notas lo pequeño que somos en el universo!
Enhorabuena a todos por el esfuerzo realizado en este peazo ruta de alta montaña, eso si, haber si el año que viene la hacemos en Julio o Agosto, que los 6 graditos que hacia allí arriba manda huevossssss.......
Saludos Juanmihornet!.
Como siempre, una crónica de la ruta mu currá, con sus fotitos y todo. Desde la sección "biznaguera" del club, enhorabuena por la organización del evento y esperemos disfrutar de más salidas de este tipo (a ver si Antoñito se lleva la próxima vez la tarjeta de la cuenta del club y disfrutamos de una salida subvencionada).
Saludos pa tos.
Tronxi, no sabía que definitivamente habías abandonado tus raices Torreoneras-Tomilleras para transfugarte a la sección Biznaguera, habrá que buscar en el mercado de invierno para cubrir tu vacante en el Torreón, y ahora comprendo, nos habéis tenido engañados a todos, en el Veleta se demostró que lo de llegar hasta la biznaga haciendo piernas era pa despistar, os han visto machacándose en la cuesta hasta tu casa durante todo el veranito, pero cuidadín, desde el Torreón lo divisamos todo, y al primer demarraje, saltaremos en vuestra busca.
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