miércoles, 8 de julio de 2009

La Marmota

Por fin estamos en casa, sanos y salvo, que no es poco, y con la satisfacción de haber cumplido el objetivo marcado, que no era otro que terminar una de las carreras más duras para cicloturistas que se celebran en los Alpes, bueno, sin contar los Ironman y demás locuras que se oyen por ahí, ...tampoco te pases vaya, jajaja.

La verdad es que supone mucho esfuerzo y dedicación preparar una prueba de ese tipo, en mi caso, con más de 7000 Kms en las piernas en el último año y no pocas salidas de bastante dureza, muchas de ellas sin compañía, muy a pesar mío, para poder aguantar con garantías la dureza de la misma, y si al final, tienes la suerte de superar semejante proeza, porque lo es y mucho, supone una alegría muy grande.

Organizar ésta aventura con tanta antelación y que la hayamos terminado sin incidencias, -a dios gracia-, hace que te sientas orgulloso del trabajo realizado, sobre todo cuando se está de vuelta en casa. Mis otros dos compañeros de fatigas no pudieron terminarla, por diferentes motivos, eso si, Tristán sí que dió el callo, y también acabo la prueba, en 8.40 h., está hecho un toro, y se quedó en los Alpes con su familia pa celebrar la proeza. Y de Calle, que os voy a contar, otro máquina, aunque al pié del Alpe d´Huez le dijo a la Marmota que tururú, que después del palizón que llevaba en el cuerpo (así estaría), la piscina del camping le sentaría mejor que las 21 curvas míticas, y se decantó por darse un buen bañito-relax antes que pasar por el sufrimiento de ascender el último gran puerto de la prueba. Una pena, hubiera hecho un tiempazo, llevaba 7 horas de ruta cuando tomo la decisión de abandonar. Y de David Amores qué puedo decir, en el Col del Glandon, primer puerto de la prueba, a 35 Kms de la salida, tuvo la mala suerte de reventar un tubular, igual que le pasó en la Pantani, y como no llevaba repuesto, lo montaron en un autobús hasta el siguiente pueblo para conseguir otro tubular, cosa que no pudo ser, y lo tuvieron 6 horas en uno de los 3 autobuses-escoba que recogían a los "heridos de guerra" de la prueba, mala suerte, aunque conociéndolo, seguro que vuelve otro año para terminarla, y ojalá lo consiga.

En lo que a mi respecta, 11 horas encima de la bici, aunque dediqué una de esas horas a grabar con mi Canon todo lo que podía y más, "disfrutando" de los 5000 m. de subida de esas mega-montañas de granito, como mesié Galibier, y de los 174 kms de paisajes inolvidables, pasando por valles, ríos, cascadas, viendo glaciares, picos impresionantes, disfrutando descensos peligrosos, algunos de más de 30 kms, donde si te descuidas, te sales en la primera curva y no lo cuentas, como pasó hace algunos años con un aficionado, y viendo paisajes que quedarán grabados en mi mente para toda la vida, y que para un amante del ciclismo, suponen todavía más satisfacción si cabe. He subido cuestas míticas, por donde han pasado los mejores ciclistas de la historia de éste bonito deporte (el mismo Carlos Sastre asestó un golpe el año pasado en Alpe d´Huez que le hizo ganar su primer Tour), yo he cumplido un sueño que intentaré repetir cada año, intentando conocer los lugares donde se gestan los mejores momentos de la historia del ciclismo, y ojalá tenga fuerzas para poder afrontar pruebas tan duras, y con la suerte de poder contarlo.

En fin, una pasada, aunque como siempre, tiene que haber un punto negro en toda aventura, el de los compañeros bomberos de la France, que no nos dejaron "acampar" en el párque, algo que teníamos asumido antes de ir, aunque no cambio el patio de maniobras por el camping donde hemos estado, al pie del Alpe d´Huez, en pleno valle, precioso, y ojalá en la próxima aventura, tenga alguna compañía del club, para hacer más llevadero el sufrimiento que supone estar tantas horas sobre la bici, que en solitario, se hace más dura si cabe.

Desde aquí, animo a los socios a que se propongan retos similares, merece la pena, deseando a todos un buen verano con sus familias y esperando que el año que viene tengamos otra aventura que contar.

SaLú